lunes, 4 de abril de 2011

Que no me pille otro invierno...


Hoy he decidido darme una vueltecita por el blog, pues ya llevaba bastante tiempo sin escribir nada y estaba empezando a acumular polvo, telas de araña y todo eso que le empieza a salir a las cosas cuando se dejan abandonadas (así debe andar también la bici que me compré a principios de año para cumplir mi "propósito" de hacer deporte...).
Parece que la Audiencia Provincial se está pensando bien como revocarme esta vez la sentencia, pues ya va para más de medio año que recurrieron y todavía no se nada.

El caso es que me ha tocado pasar otro invierno más sin cámara de aire ni aislamiento en el muro exterior, y la cosa empieza a ser ya preocupante. Es tanta la humedad que ha ido acumulando, que en la pared ha surgido ya un auténtico ecosistema. Si hasta un día me encontré a unos tipos que no conocía de nada en mi salón, y cuando les pregunté qué estaban haciendo, me dijeron que habían venido a buscar níscalos.


Aunque por otro lado, te acabas acostumbrando, y hasta la pared acaba teniendo su encanto. Sobre todo en días lluviosos -que estos últimos años están abundando bastante-, cuando ves como una pequeña mancha de humedad aflora en cualquier habitación, y cada vez se va haciendo más y más grande. Al final te da pena quitarla porque le has tomado cariño, la has visto crecer, y es como alguien más de la familia.

Bueno, y una vez hasta unos amigos nos felicitaron a mi mujer y a mí: "¡Qué buen gusto teneis para decorar!¡Qué chula os ha quedado la fuente de cascada esa que habeis colocado en la pared!" Yo por quedar bien y disimular, les dije que estábamos pensando hasta en echar unos peces, para darle un aire más exótico. Hasta a la instalación eléctrica chapucera que tenemos le he acabado encontrando su gracia. La de risas que me he echado jugando al "apagón". Es parecido al clásido juego electrónico "Operación", pero en vez de con un paciente, se juega con los fusibles. Consiste en ir haciendo combinaciones de electrodomésticos, y gana el que consigue enchufar tres electrodomésticos sin que salten los fusibles. Una vez estuve a punto de ganar ya que por unos segundos logré conectar a la vez la máquina de afeitar, el cepillo de dientes eléctrico y un cargador del móvil.

De todas formas, uno se acaba cansando ya de estos "pequeños lujos" y prefiere tener una casa normalita, sin tantos "extras". Así que espero que no tarde mucho y no me pille otro invierno así.

Ya os contaré.