domingo, 22 de julio de 2012

La vida sigue (casi) igual...


Tenía que actualizar esto algún día, pero no encontraba el momento. No por falta de ganas, pues ya que he empezado a contar mi historia, no podía dejaros sin que conocierais el final. Pero un pequeño asuntillo familiar me ha venido absorviendo el tiempo libre del que disponía, por lo que me ha sido imposible ni siquiera escribir dos líneas en el blog. Este “pequeño asuntillo familiar” tiene ya poco más de un año de edad y está comenzando a dar ya sus primeros pasos. Y si ya había conseguido recuperar el sueño tras la última sentencia que dictó la audiencia provincial, mi pequeña fiera se ha encargado de que lo vuelva a perder gracias a sus continuas "fiestas" nocturnas.

Tras esta breve introducción, vuelvo a coger el hilo. Me quedé en que la Audiencia Provincial había dictado sentencia en la que desestimaba el recurso de apelación que interpuso el Arquitecto y confirmaba la sentencia que me daba la razón. Pues bien, después del lógico subidón y las oportunas celebraciones (austeras, eso sí, que no está la cosa para derrochar), ha seguido una larga travesía en el desierto, y mi casa sigue igual que estaba (lo único que ha variado, como he dicho al principio, es que hay un pequeño habitante y muchos más trastos).

Yo creía que ya había terminado mi periplo por los Juzgados, pues teniendo una sentencia firme, el siguiente paso era que me soltaran “los cuartos” y llamar corriendo a los albañiles, carpinteros, electricistas y demás personal necesario para arreglar mi casa. ¡Qué iluso, todavía creo en los reyes magos!

Resulta que los demandados no parece que se han puesto muy nerviosos con la sentencia, ya que todavía no han pagado. Mi abogado intentó mediar con los abogados de los demandados para que pagaran sin necesidad de ir de nuevo a los juzgados, pero por lo visto a éstos les va la marcha y no están por dar facilidades. Parece ser que ahora discuten entre ellos quién tiene que pagar esto y lo otro, pero el caso es que aquí no paga nadie.

Así que nueva demanda al Juzgado para solicitar la ejecución de la sentencia. Esto fue allá por el mes de enero, y desde entonces ahí sigue la demanda, cogiendo polvo en alguna mesa, pues todavía no se ha iniciado el procedimiento.

Se me había ocurrido pagar yo las obras de mi propio dinero y luego recuperarlo una vez se ejecutara la sentencia, pero al echar un vistazo a la cuenta corriente, he visto que como mucho me llegaba para comprar masilla y pegar un par de baldosines del rodapie.

Han pasado cuatro años desde que comencé mis andanzas; espero y deseo que no tengan que pasar otros cuatro para terminarlas.