martes, 2 de marzo de 2010

Me ha visitado el perito de la constructora

Todo empezó una lluviosa tarde del mes de febrero. Recibí una llamada a mi teléfono móvil procedente de un número que no conocía. Como no soy de recibir muchas llamadas en el móvil y dado que en ese momento no tenía nada mejor que hacer, decidí descolgar y ¡sorpresa!: era la sra. representante legal de mi constructora, para preguntarme que qué día y a qué hora podía venir su perito a examinar mi vivienda. Tras reponerme del desconcierto inicial y del consiguiente hormigueo que me entró por el estómago (perdón, voy a ser sincero; en realidad lo que me entró fue un pequeño retortijón), le contesté que cualquier tarde me vendría bien. Así que concertamos día y hora, y acto seguido colgué y me fui para el baño.

Según lo convenido, a las 5 de la tarde aproximadamente han tocado al timbre. Cuando hemos abierto mi mujer y yo la puerta de la calle, nos hemos encontrado con el constructor, quien nos ha presentado a su perito (no sé si era arquitecto o aparejador; lo que si puedo asegurar es que fuma "ducados", salvo que esta marca de tabaco haya sacado ahora una línea de perfumes). Como buenos anfitriones que somos, hemos invitado al perito a entrar en casa. El constructor, en cambio, ha decidido marcharse y no entrar; posiblemente algo ha tenido que ver en su decisión el hecho de que nos hayamos despedido de él cuando ha entrado el perito y hayamos cerrado la puerta.


Una vez dentro de la casa, el perito nos ha hecho la correspondiente pregunta: ¿por dónde empezamos? Pues bien, en primer lugar nos hemos dirigido hacia la cocina, para que contemplara las "bonitas" manchas de humedad que adornan las paredes de la despensa. Al verlas, el perito ha sacado su teléfono móvil y he pensado: ¿a quién irá a llamar este ahora? Mis dudas han quedado despejadas al instante; el móvil no era para realizar ninguna llamada, sino ... ¡para fotografiar los defectos! Hasta ahora, habían visitado mi casa dos peritos: el nuestro y el del arquitecto. Ambos se lo habían currado y venían con su correspondiente cámara fotográfica digital. Pero claro, tenía que llegar el perito de la constructora, el más chulo de todos, que le basta un móvil para hacer el reportaje fotográfico de su informe pericial. Supongo que será por no romper la línea de "calidad" y "profesionalidad" a la que la constructora nos tiene acostumbrados.

Una vez que hemos terminado de ver la despensa, le he mostrado el cuadro eléctrico de la casa que está en el portal. Tras un examen minucioso, el perito ha formulado un dictamen que puede cambiar el rumbo de la humanidad: "está roto". ¡No te jode! ¿Acaso se cree que se lo enseño porque no me gusta que mis invitados se marchen de mi casa sin ver el cuadro eléctrico?

A continuación hemos hecho un recorrido por el resto de la casa, viendo humedades (dado que la tarde era lluviosa, una de las goteras del salón ha aprovechado tan ilustre visita para hacerse más amplia; parecía que le quisiera dar un abrazo), grietas exteriores, grietas interiores -perdón, "fisuras", que el perito me ha corregido- (según él, estas "fisuras" se producen porque la casa aún se está asentando; espero que la casa termine pronto de coger la postura en su asiento, porque lleva ya más de 3 años "asentándose") y demás defectos de terminación. Al perito, la verdad, se le veía poco entusiasmo, como si no le interesara lo que estaba viendo; incluso algunas fotos creo que las ha hecho sólo "por cumplir". Estoy por decir que le ha dedicado casi más tiempo al examen del cuadro eléctrico que al resto de la casa.

Finalmente, ya desde la calle, ha admirado la "gran obra" que la constructora llevó a cabo para aislar la pared exterior en la que no se construyó camara de aire; ese poliuretano proyectado cuyo color original era amarillo y que ahora ha pasado a vestir de camuflaje dicha pared. Y cuya única función es esa, vestir la pared, porque lo de aislar no es su fuerte.

Después de eso, nos hemos despedido. Supongo que a estas horas estará el hombre fumando un "ducados", mientras redacta su informe (que como ocupe las mismas líneas que las anotaciones que ha tomado, creo que con un "post it" le va a sobrar), en el que seguramente indicará que "no ha apreciado ningún defecto", y al que adjuntará el maravilloso reportaje fotográfico que ha tomado con su teléfono móvil (siempre, eso sí, que sepa pasar las fotos del móvil al ordenador).