miércoles, 27 de octubre de 2010

A la espera de sentencia

Aprovechando que tengo un rato libre, voy a dedicarlo a escribir un poquito en el blog, que últimamente lo tengo un poco olvidado. Efectivamente, el juicio se celebró el pasado 21 de septiembre, y para no decepcionarnos, siguiendo la línea que les ha caracterizado a lo largo de este periplo, la promotora-constructora volvió a deleitarnos con una brillante actuación que nos dejó a todos con el culo torcío.

Voy a explicar algunos de los momentos más destacados del juicio en forma de diálogo, para que el relato no desmerezca. A ver si es o no surrealista.

Se da inicio al juicio con la prueba que propusimos los demandantes. Llama el Juez a declarar a la representante de la promotora-constructora. Las preguntas las hace nuestro abogado:

Abogado: ¿Es usted la representante legal de la Promotora-Constructora?
Demandada: De la Promotora
Abogado: ¿Y de la constructora?
Demandada: No, sólo de la promotora. Nosotros no somos constructores.
Abogado: ¿Entonces quien construyó las viviendas?
Demandada: Una constructora.
Abogado: ¿Qué constructora?
Demandada: Una constructora.
Abogado: ¿Nos puede decir el nombre de esa constructora?
Demandada. Pues… Construcciones… Construcciones S.A.

A partir de aquí, la de la constructora se limitó a responder con un sí o un no a las preguntas, porque cada vez que tenía que dar explicaciones más detalladas, metía la pata hasta la cadera.

Otro momento estelar fue el del interrogatorio al arquitecto, que tampoco tiene desperdicio:

Abogado: ¿Y a usted quién lo contrató?
Arquitecto: La promotora.
Abogado: ¿La promotora también actuaba como constructora?
Arquitecto: No, sólo como promotora.
Abogado: ¿Y quién era entonces la constructora?
Arquitecto: Eran empresas que la promotora subcontrataba.
Abogado: ¿Entonces por qué en los documentos relativos a la obra, firmados por usted, consta que “promueve y construye XXX”?
Arquitecto: Porque era una promotora-constructora
Abogado: ¿Pero no acaba usted de decir que era sólo promotora?
Arquitecto:

Después el juicio continuó con el interrogatorio del aparejador, que vino a decir casi lo mismo que el arquitecto: que la obra se ejecutó con arreglo al proyecto; que no podía asegurar si en el muro exterior se construyó la cámara de aire, ya que no iba por la obra a diario, pues confiaba en el “buen hacer de la constructora” (…y que no pudiera yo descojonarme en medio del juicio…); que las grietas son normales por el asentamiento de la obra; que el acabado de la obra era el correcto; que 5 de cada 10 casas que se construyen son la mitad… o sea, nada nuevo.

A los interrogatorios le siguió la prueba pericial. En este punto, el abogado de la promotora-nosoyconstuctora manifestó que a su perito (ese profesional que hizo las fotos de su informe con un teléfono móvil) le era imposible acudir al juicio (no quedó claro si porque estaba enfermo o porque se había quedado sin cobertura), por lo que renunció a su prueba pericial.
Para no enrollarme mucho, diré que nuestro perito se ratificó en su informe y cuando fue preguntado sobre dicho informe no dio respuestas, sino clases magistrales. Todo lo contrario que la perito de uno de los demandados, que cuando nuestro abogado la sacaba un poco del guión, o no sabía que responder o se contradecía. Del otro perito (el que hizo su informe sin visitar mi casa), aparte de decir que el rodapié se desprendía por el "polvillo" de la obra, poco más conocimientos científicos aportó a la humanidad; de hecho, si tampoco hubiera ido al juicio, no creo que lo hubieran echado de menos.

Finalmente, tras la pericial vinieron las conclusiones de las partes y el procedimeinto quedó visto para sentencia.

Y así sigue, porque hasta la fecha no tenemos noticias.